Fuente: Agraria.pe
Agricultores familiares y pueblos originarios de ALC pueden aprovechar la agro-biodiversidad para enfrentar el cambio climático.
Agricultores familiares y pueblos originarios de ALC pueden aprovechar la agro-biodiversidad para enfrentar el cambio climático.
Los gobiernos de América Latina y el Caribe (ALC) deben profundizar sus
políticas públicas para que la agricultura familiar y los pueblos originarios
puedan beneficiarse de la agro-biodiversidad regional y hacer frente a los retos
del cambio climático, señaló la Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura (FAO).
Los participantes del V Seminario regional
agricultura y cambio climático organizado por la CEPAL y la FAO, con auspicio de
la Cooperación Francesa y el patrocinio de IICA y Oxfam Gran Bretaña, señalaron
que es necesario reconocer y potenciar los conocimientos tradicionales
acumulados por los agricultores familiares y los pueblos originaros para adaptar
la agricultura regional al cambio climático.
Al respecto, el representasnte regional de la
FAO, Raúl Benítez, indicó que fortalecer a la agricultura familiar, permitiendo
que aproveche de forma cabal la riqueza de recursos de nuestra región y
aprovechando las experiencias de conservación de la agro-biodiversidad que nos
han legado los pueblos originarios no sólo permitirá robustecer a estos dos
sectores sino que es una forma de potenciar la seguridad alimentaria de toda la
región.
No sólo productores sino guardianes de la
biodiversidad
La agro-biodiversidad es un recurso indispensable
para garantizar que las generaciones actuales y futuras cuenten con una base
productiva que sostenga su seguridad alimentaria.
En ese sentido, la integrante del Panel
Intergubernamental de Cambio Climpatico, Graciela Magrin, señaló que hace falta
aprovechar el capital de biodiversidad que se tiene para encontrar especies más
resistentes al cambio climático. “Toda esta riqueza que tenemos en la región la
tenemos que analizar y aprovechar".
Debido a lo anterior, la FAO señaló que los
países deben hacer esfuerzos para conservar y aprovechar sus recursos de manera
racional, mejorándolos y democratizando el acceso a ellos, especialmente para
los agricultores familiares, que son quienes producen la mayor parte de los
alimentos de consumo local en los países de la región, y para los pueblos
originarios, que han desarrollar prácticas agrícolas y de conservación durante
miles de años.
La Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica
para América Latina y el Caribe (CEPAL), Alicia Bárcena dijo que se necesita
desarrollar sistemas agrícolas más diversificados y resilientes y desarrollar
alternativas productivas en condiciones climáticas variables.
Además resaltó la importancia de reflexionar
sobre "el papel de la agricultura familiar no solamente como productora de
alimentos, sino también como protectora de la agro-biodiversidad".
Igualmente recordó que la región ha sido centro
de origen de diversas especies agrícolas, como el maíz y la papa, destacando el
rol que han jugado los pueblos originarios y los agricultores familiares
seleccionando y manejando estas variedades generación tras generación. “Esta
acumulación de conocimiento no ha sido suficientemente reconocida".
Raúl Bebites llamó la atención sobre el hecho de
que tanto los agricultores familiares como los pueblos indígenas muchas veces
viven en pobreza e inseguridad alimentaria, a pesar de su rol clave en la
producción de alimentos y en la preservación de tradiciones y especies
milenarias en la región.
"Si los gobiernos aplican las políticas públicas
adecuadas para dotar de recursos a los agricultores familiares y pueblos
originarios, se habrá dado un paso para asegurar que la actual generación de
latinoamericanos y caribeños sea la última en convivir con el hambre", explicó
el representante regional de la FAO.
Por su parte, Pascal Delisle, Consejero Regional
de Cooperación de Francia, señaló que "en este Año Internacional de la
Agricultura Familiar nos parece muy importante analizar no solamente su
contribución al sector agrícola, sino también su reconocida capacidad de
adaptación y resiliencia al cambio climático".